EL CINE DE LA POBLA DE LILLET

EL CINE DE LA POBLA DE LILLET

En la Pobla de Lillet hay un cine cerrado desde hace más de treinta años y del que apenas he obtenido información. Sé que comenzó a funcionar en 1911

y que para acceder a él había que pasar por un precioso puente de hierro. Está en una orilla del río Llobregat, del que toma su nombre, unos metros antes confluyen los ríos Llobregat, Arija y Rigatell, como metáfora de conjunción de sueños.

La Pobla es un pueblo de poco más de 1.000 habitantes de la comarca barcelonesa del Berguedà y que ha conocido mejores épocas en su pasado minero. Voy allí con relativa frecuencia y siempre me fascina la visión del cine en la otra orilla del río.

Cerrado, polvoriento, silencioso, pero con la dignidad intacta a pesar de los años. Como el devenir de las personas guapas que tuvieron y retuvieron. Cuando me reencuentro con él, siempre me viene a la memoria la mítica película de Giuseppe Tornatore Cinema Paradiso, donde la música del maestro Ennio Morricone acrecentó, si cabe, la magia del film, cuya protagonista era la propia sala.

Sala como la del cine de La Pobla y tantas salas que nutrieron nuestros sueños en una España triste, durante una posguerra que ninguno merecíamos. En su oscuridad soñábamos con paraísos que nunca alcanzábamos y despertábamos sin una novia como Marilyn Monroe.

© Felipe Sérvulo

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