ODA A TUS OREJAS

ODA A TUS OREJAS

Grandes, suaves y sin vello, amo los apéndices auditivos que jalonan victoriosos ambos lados de tu cabeza espléndida. Además, adornas una de ellas con un discreto pendiente de brillante diminuto y la haces aún más bella.

Tus queridas orejas no sólo oyen lo que te digo. También me escuchan con paciencia, curiosidad, y descifran mi código.

El oído musical que poseen es otra de las maravillas del mundo. Reconocen melodías a la perfección y me ayudan a interpretar sin estridencias canciones que me transportan y cualesquiera. No importa si es un aria, un pasodoble, un tango, un rap o la última de Rosalía. Tengo la suerte de contar con tus conciertos todos los días. Y no sólo desde la ducha.

Otro asunto es la capacidad sensual y sexual con que cuentan. Si no acabas de llegar al final por complacerme, tengo claro qué he de hacer. Acaricio tus orejas con pasión y todo concluye cuando yo deseo.

No sé si sería lo mismo si tus orejas no fueran como las tuyas. Las amo, te amo.

Patricia Aliu

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