A mediados de mayo recibí el primer premio de relato corto de humor en el certamen literario de Torre Llobeta, en el distrito barcelonés de Nou Barris. Es la tercera vez que consigo el premio, en diferentes categorías. Torre Llobeta es un centro cívico bien construido en todos los sentidos, con trabajadores y trabajadoras preocupados y ocupados en dar un servicio de cultura y entretenimiento a sus vecinos y a todos los que por allí se acerquen, repleto de actividades, talleres, cursos, salidas, actos, presentaciones, obras teatrales…Un engranaje inclusivo en el que la ideología es el crecimiento personal, es la concordia y es el respeto, y en el que la guerra lingüística no existe

y español y catalán conviven sin problemas. Como digo alguna vez (siempre que puedo) reflejo de la Catalunya que yo quiero.

La política de proximidad, por lo menos en este centro, nada tiene que ver con el frentismo ideológico y lingüístico que rige en otros estamentos de mayor nivel y que, por desgracia (a mi modo de ver) está calando en parte de la sociedad dividiéndola en buenos y malos según nos gusten o no sus opiniones, modos de vida, idiomas, identidades, orígenes, razas, credos o condiciones económicas.

Pude disfrutar nuevamente de ese pequeño oasis de cordura en una gala divertida, como siempre, en la que no escatiman recursos económicos (más de 5000 euros en premios cada año para un certamen literario bilingüe es una proeza en los tiempos que corren, y llegar a las 37 ediciones, un milagro). Además, el centro cívico fomenta las compras de proximidad, el comercio de barrio, las librerías pequeñas de toda la vida que lo tendrían mucho peor sin esa ayuda.

Es un enorme honor y un placer colaborar con ellos, formar parte de ellos. Celia, su directora, se jubila y será complicado encontrar a alguien que lo haga mejor, pero seguro que lo intentarán. Gracias, una vez más.

Ismael Pérez de Pedro