No todo lo que pensamos que está mal necesita ser arreglado

No todo lo que pensamos que está mal necesita ser arreglado

Imprimir

No hay nada estropeado en los errores. Cometemos errores de forma continua: conduciendo, hablando, cocinando, limpiando, abriendo botellas, cerrando puertas, andando, administrando mails, llamando por teléfono… Forma parte de nuestra naturaleza humana. Eso no significa que algo esté roto dentro de nosotros. Es lo que nos hace humanos. Es lo que nos hace perfectos dentro de nuestra naturaleza, es la forma que tenemos de aprender.

En muchas ocasiones llegan a consulta personas indicando que tienen que “arreglarse”, y realmente no hay nada que arreglar. Son personas normales y corrientes que tienen una vida normal y corriente, que no coincide con lo que “se debe hacer”, “se debe tener”, “dicen que…”. 

Las comparaciones con otras personas, con las vidas de otras personas (aquello que vemos, claro está), con las parejas de otras personas (aquello que nos muestran, por supuesto), hacen que pensemos que necesitamos ser arreglados. 

Cada conducta nuestra, cada actitud que mostremos, lo que digamos, lo que hagamos, tendrá sus consecuencias (grande o pequeñas, ínfimas o con gran repercusión), pero de ello aprenderemos para la próxima ocasión. Debemos sacar la lección que nos muestra lo que nos ocurre y aplicarlo en próximas ocasiones (generalización de conducta). Pero no necesitamos que nos arreglen. No hay nada que arreglar.

Los profesionales orientaremos, y ayudaremos a arreglar cuando sea necesario hacerlo. No podemos patologizar la conducta humana per se. La perfección no existe.

Tranquilizar a la persona que se encuentra en estas encrucijadas dudando de su propia conducta porque a los demás no les es cómoda, es un primer paso.

Luego veremos qué hay de malo o no malo en las conductas que desarrollamos y veremos si hay algo que arreglar o no. Y de paso, con todo lo que nos ha pasado, aprendamos. Aprendamos para generalizar y para economizar en acciones y toma de decisiones.

Acudir al psicólogo para que nos tranquilice, para que nos diga que todo está bien, que sólo es un ajuste o un desajuste normal, es otra forma de ayudar. 

Estar triste y no tener ganas de hacer nada en una temporada, no significa caer en una depresión, significa, simplemente, estar triste en un momento puntual y no tener ganas de hacer nada. Dejad las etiquetas para los profesionales. 

Estar eufórico, tener ganas de comerse el mundo y arrastrar al menos pintado con el camino, no significa tener un brote psicótico, ni ser bipolar. Sin descartar nada, quizá es un momento de activación de nuestra vida y necesitamos compartirlo con los demás. Dejad las etiquetas para los profesionales.

Y mientras tanto, vivid. Y disfrutad de lo vivido. Estaremos ahí para deciros que debéis vivir y disfrutar de lo que vivís. Y si fuera el caso, de que hubiera que arreglar algo, ya veremos cómo lo hacemos. Sólo preguntad, ahí estamos.

¿Seguimos?

Sandra Sánchez 

Psicóloga